Adios a Alicia Carletti y su mundo de ensueño
Dibujante y grabadora, observadora aguda de línea plácida, sutil, encantadora,Carletti imaginó en sus obras un mundo fantástico, bello y poético. Esto pudo verse especialmente en su serie dedicada a Alicia en el País de las Maravillas. Expuesta en la galería Holz hace algunos años (entre otros lugares), allí la artista había desplegado un solo capítulo del libro de Alicia, en el que los personajes se sueñan entre sí. El sombrerero, el gusano, el conejo, las flores gigantes y la propia niña-protagonista de abundantes y pesados cabellos rubio-ceniza, se interrelacionan en escenas complejas llenas de vuelo, trazos y color. Llevadas a tamaño grande –cada obra tenía al menos un metro y medio- animales, vegetales, humanos y Alicia se miraban absortos, rodeados de bosques, rindiéndose a la primavera.
Ganadora de múltiples premios-como el Cecilia Grierson del Salón Nacional de Pintura (1999), el segundo premio de la Colección Costantini en el Museo Nacional de Bellas Artes (1998) y la Mención Especial del Jurado en el Salón Municipal-, su obra también integraba variadas colecciones de nuestro país, Estados Unidos, Japón, Venezuela, Uruguay, España y Alemania.
Probablemente todos la recordaremos por las huellas que dejaban en quienes las observaban sus enigmáticas y suaves escenas de jardines e interiores, con flamencos rosados y niñas imaginando y jugando en la luz de la mañana. Un delicado universo interior: su canción infantil secreta.
Mercedes Pérez Bergliaffa - Diario Clarín , 16/7/2017